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Planchar ropa sin plancha: 8 maneras de deshacerte de las arrugas

Planchar es una de esas tareas de las que nos gustaría que un genio de la lámpara nos liberase. 

Lo peor de todo es que, incluso si eres de los pocos afortunados a quienes les gusta planchar, las arrugas no discriminan.

Puedes ser fan incondicional de Marie Kondo, pero las arrugas te atacarán cuando menos te lo esperes: en un viaje de negocios, en una escapada de fin de semana, o incluso justo antes de esa importante reunión cuando te das cuenta de que la plancha, por algún misterioso motivo, no se calienta. 

Pero, no nos deprimamos, que no estoy aquí para hundirte en la desesperación, todo lo contrario. La buena noticia es que existe una variedad de soluciones rápidas y efectivas para eliminar esas molestas arrugas sin necesidad de una plancha.

Algunas de estas alternativas son tan efectivas que incluso podrías llegar a considerar deshacerte de tu plancha para siempre. ¿No me crees? Acompáñame y descubre cómo es posible planchar ropa sin plancha.

Como dicen por ahí: la necesidad es la madre de la invención, y en este caso, la invención son 8 maneras ingeniosas de deshacerte de las arrugas sin usar la plancha

Después de leer este artículo, verás las arrugas con otros ojos.

Cómo planchar ropa sin plancha

Antes de sumergirnos en estas técnicas, permíteme asegurarte que todos son métodos probados y efectivos. En mi experiencia, cada uno de estos trucos puede ser un verdadero salvavidas, especialmente cuando vas contra el reloj o cuando te das cuenta de que tu plancha ha decidido tomar unas vacaciones permanentes. 

Y ahora sí, ¡empecemos!

Planchar con el secador

¿Quién hubiera pensado que tu fiel secador de pelo podría ser el héroe antiarrugas que no sabías que necesitabas? 

Te recomiendo que eches mano de esta técnica con la ropa ligeramente húmeda.

Simplemente cuelga la prenda arrugada, mantén el secador a unos 5-10 cm de distancia y voilà, las arrugas comenzarán a desaparecer. Como consejo extra: recuerda mover constantemente el secador para evitar que el calor se concentre demasiado en un área y pueda dañar la tela.

Planchar con una tela humedecida

Otro truco del que soy fanático es el de la tela húmeda. Coloca una toalla o paño húmedo (no mojado) sobre la prenda arrugada y luego repasa suavemente con tus manos como si estuvieras planchando. El peso y la humedad de la toalla ayudarán a suavizar las arrugas.

Planchar con una olla o sartén

Si te ríes, es que no lo has probado. En una emergencia, una olla o sartén caliente puede funcionar como una plancha improvisada. Asegúrate de que esté limpia y seca (no es cuestión de manchar la ropa al tiempo que la planchas), caliéntala en el fuego y úsala para planchar tu prenda. Eso sí: vigila de no quemarte o dañar la tela con un calor excesivo. No queremos freír la ropa, solo plancharla.

En la ducha

Quizá sea la estrategia más sencilla de todas: cuelga tu prenda arrugada en el baño mientras te duchas. El vapor del agua caliente suavizará las arrugas sin que tengas que mover un dedo. Es el multitasking en su máxima expresión.

Usando la secadora

Si tu plancha se ha roto pero tienes secadora, bastará con meter las prendas tras haberlas sacado de la lavadora, o bien si ya están secas, introducirlas en la secadora junto a una toalla húmeda. Las arrugas se suavizarán gracias a la humedad y el calor.

Cada una de estas técnicas tiene sus ventajas, y te recomiendo probarlas todas hasta que encuentres la que mejor se adapte a ti. Recuerda siempre revisar las etiquetas de cuidado de tus prendas para evitar cualquier daño potencial. 

Con plancha de pelo y vaporizador (opcional)

Una plancha de pelo puede ser también una plancha de ropa. Solo necesitas pasarla suavemente sobre la prenda como si estuvieras planchando. Otra opción es usarla en combinación con un vaporizador casero: simplemente llena un pulverizador con agua, rocía la ropa y luego pasa la plancha de pelo.

Enrollando algunas prendas

Este método es especialmente útil con camisetas de algodón. Mientras la camiseta esté todavía un poco húmeda, estírala lo más que puedas y comienza a enrollarla de manera apretada desde uno de los extremos. Asegúrate de que cada vuelta esté bien ajustada. Una vez enrollada, déjala reposar un rato. Cuando la desenrolles, verás cómo las arrugas han disminuido considerablemente.

Con agua y vinagre o spray antiarrugas

Una solución de agua y vinagre puede ser un remedio casero efectivo para las arrugas. Simplemente mezcla una parte de vinagre con tres partes de agua, rocía la solución en la ropa y déjala secar. Te sorprenderá lo bien que funciona. Como alternativa, puedes usar un spray antiarrugas, que se puede comprar en la mayoría de las tiendas y además dejará la ropa con un olor estupendo.

Consejos para no arrugar mucho la ropa

¿Te suena eso de: «más vale prevenir que curar»?

Precisamente por eso voy a darte algunos consejos para que tu ropa salga de la lavadora con el mínimo de arrugas posible. 

Optar por ropa con símbolo de fácil planchado

Lo sé, lo sé. ¿Quién tiene tiempo para leer esas pequeñas etiquetas de cuidado de la ropa? Pero lo cierto es que merece la pena que lo hagas si quieres ahorrarte tiempo.

La ropa de fácil planchado suele estar confeccionada con tejidos resistentes a las arrugas, lo que significa que pasarás menos tiempo luchando contra las arrugas y más tiempo disfrutando de unas prendas impolutas. Y de paso, también contribuirás a que te duren más.

Estirar la ropa tras el secado

Este consejo no falla: estira la ropa justo después del secado. Asegúrate de sacudirla bien y estirarla antes de colgarla o doblarla. Este simple paso ayuda a mantener la ropa suave y libre de arrugas. Además, te evita la frustración de encontrar tu camisa favorita convertida en un mapa de carreteras arrugado la próxima vez que la necesites.

Evitar los pliegues al tender la ropa

He aprendido por las malas que la forma en que tiendes tu ropa puede marcar la diferencia entre una camiseta sin arrugas y una que parece haber sido utilizada como pelota de rugby. Al tender tu colada, trata de evitar los pliegues tanto como sea posible. Alisar y estirar con las manos será suficiente para que la gravedad haga su trabajo y esquives las antipáticas arrugas.

Recordar estos consejos puede ayudarte a mantener tu ropa luciendo fresca y bien cuidada, incluso sin una plancha. Así podrás dedicar menos tiempo a las tareas domésticas y más tiempo a disfrutar de tu vida… que, no sé tú, pero en mi opinión es siempre un buen plan.

Después de esta expedición por el mundo de las arrugas, podemos decir que la plancha, aunque útil, no es el único recurso que tenemos a nuestra disposición. Ya sea con un secador, una toalla húmeda, una sartén caliente o simplemente eligiendo sabiamente nuestras prendas, hay una variedad de maneras de enfrentarse a la tarea del planchado sin tener una plancha en las manos.

Pero recuerda, el verdadero secreto para combatir las arrugas no se trata solo de eliminarlas, sino de prevenirlas. Así que adopta esos sencillos hábitos que te he comentado, como estirar bien la ropa tras secarla.

Y por último, pero no menos importante, no te olvides de reírte un poco. Sí, las arrugas en la ropa pueden ser molestas, pero al final del día, son solo eso: arrugas en la ropa. Y si te encuentras en una situación en la que tu camisa preferida parece un acordeón, recuerda que siempre puedes contar con tu confiable olla caliente.

¡Feliz “no planchado”!

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