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Cómo planchar lino y que queden cero arrugas

Vamos a dejarnos de rollos… ¿Quién no se ha enamorado de una camisa o un vestido de lino en una tienda, pero se ha frenado en seco antes de comprar solo de pensar el suplicio que le va a tocar vivir cada vez que le toque planchar?

Y es que no es un secreto para nadie… El lino es tan propenso a arrugarse que podría ganar un concurso de origami. 

Pero (casi) todo tiene solución en esta vida. Este artículo se va a convertir en tu “sensei” de planchado, tu guía de supervivencia para enfrentarte a la tela que tiene más tendencia a arrugarse que un bulldog. Si no quieres que tu lino parezca una hoja de otoño, sigue leyendo y conviértete en un maestro planchador de este tejido tantas veces denostado.

Pero… ¿El lino se plancha?

Primero, derribemos algunos mitos: sí, el lino se puede y se debe planchar.

Sé que has oído rumores sobre cómo las arrugas en el lino son “parte de su encanto”. Bueno, tal vez para un picnic romántico en el campo, pero si vas a una boda o una reunión de negocios, lo último que quieres es parecer una uva pasa. Así que sí, ya puedes sacar la plancha del armario y prepararte para la acción.

¿A qué temperatura se plancha el lino?

El lino es un tejido natural y, como tal, se lleva mejor con temperaturas más suaves que las fibras sintéticas.

Teniendo eso en cuenta, lo ideal es una temperatura media-alta, alrededor de 180–210 °C. Si tu plancha no tiene un ajuste específico para lino, busca el símbolo de una gota de agua y un algodón, que suele ser el modo para tejidos naturales. Si tienes miedo de pasarte de temperatura, haz una prueba en un área menos visible de la prenda.

Cómo planchar lino… El paso a paso

  1. Humedece la prenda. El lino se plancha mejor cuando está un poco húmedo. Puedes usar un pulverizador para rociar agua sobre la tela antes de empezar. 
  2. Coloca un paño sobre la prenda. Usa un paño de algodón fino (limpio, obviamente, no vayas a por el que tienes colgado en la cocina) entre la plancha y la prenda. Esto evitará esos brillos que quedan tan feos y que le dicen al mundo: “Soy un neonato en el mundo del planchado”.
  3. Plancha del revés para evitar marcas o brillos en la tela.
  4. Haz movimientos rápidos. No se trata de que seas el Speedy González de la tabla de planchar, pero tampoco dejes la plancha en un mismo lugar por mucho tiempo, a no ser que quieras que tu prenda de lino luzca un bonito estampado de suela de plancha tostada. Haz movimientos rápidos, decididos y constantes.
  5. Revisa al planchar. Después de cada pasada, levanta el paño y verifica si las arrugas se han eliminado. Si persisten, repite el proceso.
  6. Cuelga inmediatamente. Una vez planchada, cuelga la prenda inmediatamente para evitar que salgan nuevas arrugas dispuestas a arruinarte la alegría de haber dejado tu prenda de lino como un pincel.
  7. Bonus: un vaporizador. Si te sientes especialmente perezoso, un vaporizador de ropa también conocidos como centros de planchado vertical, puede ser una opción decente para desarrugar lino. Aunque son super prácticos, debo decirte que no vas a conseguir el mismo acabado que con una plancha.

Si has valorado comprar una de estos centros, antes de gastarte las pasta te recomiendo que le eches un ojo a mi artículo sobre los mejores centros de planchado vertical del año.

En resumen, si sigues estos pasos, el lino y tú podéis ser amigos. Y recuerda, la próxima vez que te encuentres frente a una prenda de lino en una tienda, ya no tendrás que huir como si vieses a tu ex en una fiesta.

¡Feliz planchado!

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